Con respecto a lo que nos toca analizar, quiero compartir esta fracción de un artículo que se ha echo interesante, aquí se puede visualizar una necesidad actual de la cual no podemos estar ajenos, tenemos que cambiar nuestros esquemas de comunicación y de formación, leyendo esta parte de la nueva cultura digital se me ha ocurrido que los JUEGOS que el docente pueda crear o bajar de internet para llevarlos como una práctica del aprender a aprender pueda dejarlos on line, lo veo así por las materias que se pueden acomodar a este esquema como es la lógica, física, matemáticas, valores, etc.
Ahora las tareas serán más divertidas, pensemos en el desarrollo de hábilidades y competencias que podemos apoyar con este tipo de actividades, el alumno en donde quiera que este puede jugar y aprender.
Docentes bienvenidos a la era digital. Les dejo una fracción del artículo para que envían sus comentarios.
Gracias
La Educación Digital
Antonio M. Battro y Percival J. Denham
UNA NUEVA ERA
La nueva cultura digital
En la práctica, este camino hacia una mayor unión de la sociedad humana exige un cambio de cultura, comenzando por un profundo cambio de hábitos de trabajo en la vida cotidiana. Y esto supone un entrenamiento particular que no es fácil pero merece ser ensayado ya que sus ventajas son evidentes. Por de pronto ayuda a nivelar los tiempos de ocio y de estudio. Disminuye el estrés del cambio. Por ejemplo, salir o volver de vacaciones no significará un salto tan brusco de actividad para los alumnos y profesores. Desaparecerán tanto la urgencia de "dejar todo listo" al partir, como la montaña de tareas al regreso y las decisiones en lista de espera. El "escalón" de las vacaciones se hará menos abrupto, más gentil y podríamos llegar de esta manera a una mayor armonía personal. Este aspecto primará en la educación a distancia, que no se suspenderá jamás por vacaciones. Siempre encontraremos alguien en red con nosotros para aprender y para enseñar, en todo momento. Pero el hecho de estar siempre conectado, de estar siempre en red, no significa estar atado a una tarea sino todo lo contrario, crea una sensación de enorme libertad, que podemos ejercer en cualquier momento y lugar.
Nos atrevemos a pensar que no siempre se descansa cuando uno se "desconecta". Estos nuevos hábitos digitales de estudio comenzarán a desarrollarse en la escuela y continuarán perfeccionándose durante toda la vida bajo la forma de una capacitación permanente. El cambio será muy profundo y tendrá consecuencias insospechadas para la educación en su conjunto, para la sociedad global y para cada uno de nosotros. Lo que se protegerá es el verdadero descanso, absolutamente necesario para el equilibrio físico y espiritual de las personas cuando el trabajo o el estudio transiten con mayor facilidad por las redes digitales. Estos tiempos de descanso y de trabajo no obedecerán más a un rígido cronograma burocrático, estarán regulados por nuestro propio reloj interno.
Un consejo elemental: hay que practicar el ejercicio de eliminar, dentro de lo posible, el documento en papel. Eso lleva tiempo, pues hemos acumulado siglos de una cultura de la impresión sobre papel, montañas de documentos públicos y privados. Ahora sabemos que el papel es caro y se deteriora, que los libros, diarios y revistas no se pueden conservar por largo tiempo, que es preciso encontrar soportes más ecológicos, duraderos y flexibles para su consulta. La respuesta, una vez más, es la digitalización: el bit es incorruptible. Así lo han entendido perfectamente muchos documentalistas y bibliotecarios pero pocos educadores.
Ahora las tareas serán más divertidas, pensemos en el desarrollo de hábilidades y competencias que podemos apoyar con este tipo de actividades, el alumno en donde quiera que este puede jugar y aprender.
Docentes bienvenidos a la era digital. Les dejo una fracción del artículo para que envían sus comentarios.
Gracias
La Educación Digital
Antonio M. Battro y Percival J. Denham
UNA NUEVA ERA
La nueva cultura digital
En la práctica, este camino hacia una mayor unión de la sociedad humana exige un cambio de cultura, comenzando por un profundo cambio de hábitos de trabajo en la vida cotidiana. Y esto supone un entrenamiento particular que no es fácil pero merece ser ensayado ya que sus ventajas son evidentes. Por de pronto ayuda a nivelar los tiempos de ocio y de estudio. Disminuye el estrés del cambio. Por ejemplo, salir o volver de vacaciones no significará un salto tan brusco de actividad para los alumnos y profesores. Desaparecerán tanto la urgencia de "dejar todo listo" al partir, como la montaña de tareas al regreso y las decisiones en lista de espera. El "escalón" de las vacaciones se hará menos abrupto, más gentil y podríamos llegar de esta manera a una mayor armonía personal. Este aspecto primará en la educación a distancia, que no se suspenderá jamás por vacaciones. Siempre encontraremos alguien en red con nosotros para aprender y para enseñar, en todo momento. Pero el hecho de estar siempre conectado, de estar siempre en red, no significa estar atado a una tarea sino todo lo contrario, crea una sensación de enorme libertad, que podemos ejercer en cualquier momento y lugar.
Nos atrevemos a pensar que no siempre se descansa cuando uno se "desconecta". Estos nuevos hábitos digitales de estudio comenzarán a desarrollarse en la escuela y continuarán perfeccionándose durante toda la vida bajo la forma de una capacitación permanente. El cambio será muy profundo y tendrá consecuencias insospechadas para la educación en su conjunto, para la sociedad global y para cada uno de nosotros. Lo que se protegerá es el verdadero descanso, absolutamente necesario para el equilibrio físico y espiritual de las personas cuando el trabajo o el estudio transiten con mayor facilidad por las redes digitales. Estos tiempos de descanso y de trabajo no obedecerán más a un rígido cronograma burocrático, estarán regulados por nuestro propio reloj interno.
Un consejo elemental: hay que practicar el ejercicio de eliminar, dentro de lo posible, el documento en papel. Eso lleva tiempo, pues hemos acumulado siglos de una cultura de la impresión sobre papel, montañas de documentos públicos y privados. Ahora sabemos que el papel es caro y se deteriora, que los libros, diarios y revistas no se pueden conservar por largo tiempo, que es preciso encontrar soportes más ecológicos, duraderos y flexibles para su consulta. La respuesta, una vez más, es la digitalización: el bit es incorruptible. Así lo han entendido perfectamente muchos documentalistas y bibliotecarios pero pocos educadores.